Caen las miradas de los nobles poetas,
las musas quedas se pierden en los idus del viento. Llora una lágrima por la
pena ida, suena el ritmo de los latidos de alguna mariposa. Todo se escribe con
relax. Las aguas vibran serenas. Sirenas al sol se aman los cabellos, velos de
seda reposan dulces sobre el manto de hojas verdes, jóvenes. Brillan los
diamantes que deslumbran el cielo azul, el viento no existe, los problemas no
existen, todo es nieve, blanca, pura, serena. Resoplan los caballos, reviven
los pegasos para encontrarse con hadas aladas, hijas de medusa. Este es el
paraíso. Empieza a desvanecerse. Me despierto. Sueños.
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