jueves, 22 de diciembre de 2011

Nocturna.

Me gusta la oscuridad de la nocheEn ella veo mi reflejo. 


Es tarde, pero a penas una lámpara en la mesilla de noche adivina mi desvelo. Desde mi cama puedo sentir el frío de la noche, un frío que cala los huesos, hasta el alma. Hoy no dormiré.
El tejado de mi casa está lleno de gatos abandonados. Y eso me gusta; me gusta escucharlos. Su maullar camufla el atormentador silencio del que no ama.
Me pregunto qué pasa por tu mente, qué te lleva a ese sitio tan lejos de aquí. A pesar de todo, de que no digas nada, de que no demuestres ni una señal de amor, a pesar de todo, espero que estés pensando en mí. Aunque sé que no es así. 
Sé que quizás estarás fantaseando con la felicidad, pero ni te imaginas el manto de agonía que cubre a la mujer de tu vida. Esa soy yo. 
Esa debería ser yo.
Entonces es cuando sigo luchando por aquellas pequeñas cosas que harían de este, nuestro mundo, un lugar mejor. Me quedo quieta, imaginando que con cualquier movimiento, o con solo respirar, podría hacer añicos toda esta frágil historia de ti y de mí. E ignoro si no te importo, si te da igual lo que pase con nosotros, o si todo está en su lugar. En ese caso, mi castigo es esta triste y oscura esquina.

¿Ves a ese títere?
Soy yo. Pero te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free Brown Cursors at www.totallyfreecursors.com